Dice un viejo proverbio
africano:
"Muchas cosas pequeñas,
en muchos lugares pequeños,
hechas por mucha gente pequeña
pueden transformar el mundo"
La realidad de
Marruecos nos ha ayudado a ir modificando nuestros esquemas mentales para poder
in comprendiendo la realidad social que existe en diversos lugares externos a
nuestra sociedad.
Pero no hay que
olvidar que, tal y como me comentó un anciano que encontré y con el que estuve
un buen rato conversando:
“TODOS SOMOS HERMANOS, Y CON BUENAS
VOLUNTADES NO IMPORTAN LAS RELIGIONES, COLORES DE PIEL, POLÍTICOS…LO IMPORTANTE
ES QUE EL SER HUMANO MANTIENE ESA ESENCIA POR LA QUE FUE CREADO, Y COMO EL
AYUDAR A LOS DEMÁS INCREMENTA QUE LA RAZÓN DE SER Y DE EXISTIR DE TODOS
NOSOTROS PERDURE EN EL CORAZÓN DE CARA UNO, SEA DE LA PROCEDENCIA QUE SEA”.
Tras esto,
terminó su té, se levantó, me estrecho su mano y se toco el pecho tras ello
como muestra de la estima que habíamos conseguido ambos. Antes de marcharse
dijo algo en árabe, cuya traducción era:
“GRACIAS POR CONSEGUIR QUE UN PEQUEÑO RATO DE
SINCERIDAD ME NUTRA DE FELICIDAD POR SABER QUE HAY GENTE QUE SIGUE PENSANDO Y
LUCHANDO POR CONSEGUIR UN MUNDO MEJOR”
Ésta es la
esencia de Marruecos que yo me he llevado y he querido compartir, y ante lo
único que puedo decir es GRACIAS POR LA OPORTUNIDAD.
Me gustaría
finalizar comentando que estoy a total disposición para proponer cualquier
opinión del programa, así como de propuestas de mejora de éste.
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