miércoles, 18 de abril de 2012

Isabel Mª Mazuelos 2ºGES


UNA SONRISA PARA SIEMPRE
Primero me gustaría agradecer a mi profesora Rosa Mª Rodríguez Izquierdo la gran profesionalidad y el diseño de un proyecto que seguro que quedará en las retinas de todos nosotros para siempre. También agradecer a los profesores que nos acompañaron su entusiasmo y participación, cómo apoyo al viaje. A la asociación Codenaf, ya que ha sido impulsora y gran colaboradora para poder observar y vivir todo lo que hemos hecho en estos días. Y por último, y no con menos importancia, a la Universidad Pablo de Olavide por financiar y creer en el proyecto tanto como Rosa.
Cuando nos pidieron que redactáramos unas líneas sobre lo que más nos había gustado del viaje intenté reflexionar sobre ello, no encontré un solo momento el cuál no haya disfrutado en éte. Cuando regresamos a Sevilla, decidí volver a casa caminando para poder reflexionar sobre esta pregunta, mientras iba paseando por la calle pensaba sobre ello y verdaderamente no puedo inclinarme a tan sólo un solo momento.
Desde el momento que me comunicaron que había sido preseleccionada para el viaje, los nervios florecieron en mí, ya que era algo que soñaba desde que empecé a formarme en estudios relacionados con el campo social, y de eso hace ya unos cuantos de años.
En mi vida he tenido pocas oportunidades de viajar, por motivos familiares y profesionales, por lo que este viaje suponía un gran reto para mí, suponía un gran cambio en mi vida y aunque sé que parece exagerado en estas líneas, considero que el viaje ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado, pero no por el hecho de viajar, sino por la oportunidad de conocer, aprender y ver todo lo que allí nos han mostrado, tanto riqueza cómo pobreza, tantas ganas de seguir trabajando con mínimos recursos, ganas de vivir.
Luego tras mi experiencia, en prácticas, con Accem, surgió en mí multitud de inquietudes, ya que el campo de la inmigración era algo que llamaba mi atención, pero hasta aquel momento sólo de forma teórica, por ello cuando en el ciclo superior nos dieron a elegir centro de prácticas, yo estaba convencida de que mi elección sería la más beneficiosa para mí, no me equivoqué.
Volviendo al viaje, tan sólo con llegar a Algeciras ya estaba emocionada, ya que en el puerto pudimos observar cómo hombres musulmanes realizaban sus rezos.
Cuando traspasamos el estrecho empecé a fijarme en el paisaje, en la nueva orografía de aquel país que tanto llamaba mi atención. Desde ahí hasta el momento de volver a subir de nuevo al barco y con regreso a la península, todo me fascinó.
Impactante sería un buen adjetivo para describir la sensación que se ha producido en mí, curiosidad, entusiasmo, humildad, ganas de seguir aprendiendo sobre el campo de la inmigración.
Todo me ha encantado. Considero primordial el trabajo ejercido por los profesionales y personas insertas en los diferentes proyectos que hemos visitado, ya que se puede ver con ellos otra realidad totalmente diferente. En Marruecos hay una gran esencia guardada en todas esas personas que decidieron encauzar su vida a la ayuda y atención de las personas más desfavorecidas. Esas personas han demostrado ser grandes profesionales y que no hace falta grandes recursos para empezar un nuevo proyecto que atienda a aquellos indefensos, o que fomente las capacidades y virtudes de todas aquellas personas que por cultura y profesión están en sus casas a cargo de una familia, cómo pudimos ver en las mujeres que recolectaban plantas en Zinat.
Colorido por sus calles, mercaderes vendiendo sus productos, personas dispuestas a ayudar en todo, humildad en sus ciudadanos. Todo me gustó.
También me sorprendió la seguridad del país. Ya nos habían comentado que Marruecos es un país muy seguro, pero hasta el momento en el cuál no estás allí no observas la gran cantidad de policía y de personas dedicadas a la salvaguardia de los ciudadanos.
Me impactó mucho el proyecto de las niñas de la zona rural de Tatoff que pese a las grandes barreras que dificulta la educación de estas niñas, haya tanto entusiasmo por la formación en ellas. Además pudimos observar que había niñas con discapacidad, lo cual aumenta aún más la revalorización que esta pequeña tiene en recibir la educación, de la cuál muchas otras están privadas.
Otro proyecto al cuál se debe reconocer su labor, es el llevado por unos chicos marroquíes en la ciudad de Tánger. Su iniciativa era ofrecer otra salida a todos aquellos niños de la zona y de la calle que quisieran acudir a la asociación, y lo están consiguiendo.
Me sorprende el entusiasmo con el que estos grandes profesionales trabajan, teniendo los mínimos recursos y sin formación “reglada” certificada, digo esto porque nos dejó fascinados con los conocimientos demostrados.
La casa cuna, también es un gran trabajo. Es una oportunidad de vivir para todas aquellas niñas y niños cuyas familias les es imposible cuidar de ellos.
Todo el proyecto en sí me ha encantado y de nuevo dar las gracias a Rosa por ofrecerme la oportunidad de conocer un mundo tan diferente cómo familiar.


1 comentario:

  1. Ayer, nuestra compañera Isabel recibió el premio al mejor expediente de primero en la UPO del curso pasado. Enhorabuena, Isabel. Te lo mereces.

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