domingo, 15 de abril de 2012

MIGUEL ÁNGEL MORENO - 1ºGES

MI VIVENCIA EN MARRUECOS:
Tras una larga y nerviosa noche al fin era la hora, la hora de irse a uno de los países árabes que más ganas tenía por conocer, Marruecos.
Llegamos al autobús, todos con las caritas inquietas y los ojos con muestra de cansancio, fue allí cuando comenzó la magia de este viaje, al ver cómo gente que apenas se conocían de nada podían formar unos vínculos tan grandes que en la actualidad siguen vigentes, la charla no fue muy larga, ya que nada más llegar a nuestro asiento, el cuerpo se desplomó y el tiempo se hizo fugaz, puesto que al abrir mis ojos, ya consolados por el descanso previo, estábamos a punto de subirnos al barco que nos cambiaría la vida.
Al llegar a Marruecos, todo nos parecía distinto pero familiar, mirábamos las cosas al nuestro alrededor como si fuéramos niños en una excursión saboreando hasta el más mínimo aroma arábigo que se nos presentaba. Poco después conocimos a nuestro guía que fue un fuerte palo en el que agarrarnos en la dura senda del idioma, el y su buen humor nos acompañaron todo el viaje.
El primer día tras dejar el equipaje en el hotel, marchamos al primer proyecto, era en proyecto cargado de esencia y lucha por la igualdad, adornado con un fondo recolector.
Tras una gran presentación de su proyecto nos dimos una vuelta por los alrededores para ver el trabajo realizado y cómo no, nos quedamos asombrados del esfuerzo mostrado.
La noche cargada de ganas por reunirnos en las habitaciones torno cansada por el largo camino realizado y por la falta de sueño.
El segundo día visitamos dos proyectos más que fueron la casa cuna y una escuela de niñas, en ambos dos mi corazón latía compungido y lleno de ganas por trabajar, al ver esto cualquier persona en el mundo hubiera cambiado totalmente su mentalidad, a una más solidaria, os lo aseguro.
El ultimo proyecto visitado fue uno bastante peculiar, ya que visitamos a un educador de allí que por su falta de recursos no pudo estudiar una carrera pero eso no le impidió luchar por su sueño, así en la actualidad ejerce como educado, con una carrera versada en el espíritu y las ganas por aportar algo mejor a una sociedad tan dura como las que nos ha tocado vivir.
A la tarde todos nos fuimos al hotel y reflexionamos interiormente sobre todo lo que habíamos visto, voluntaria o involuntariamente, a la mañana siguiente sin más demora, nos paseamos por esas calles con un estilo andalusí recordando lo que habíamos vivido y con la esperanza de volver a ejercer nuestra profesión.
Una de las frases que más me ha guiado para mi trabajo y que nos guía en este proyecto es la siguiente: “Se que lo que hacemos es solo una gota en el océano, pero si no lo hiciéramos al océano le faltaría una gota”


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